Jenny Scobbel emplea en sus retratos una técnica propia: grafito, cera y acuarela sobre tabla.

La base de estas obras es el dibujo, un dibujo más atmosférico que lineal. Los trazos decididos del grafito se evaporan por efecto de la cera, aplicada generosamente sobre la superficie del panel. Ésta suaviza el carácter lineal del dibujo y confunde el grafito con el color.

 Los retratos son de fisionomías y psiques muy diversos, cada una de ellas marcada por una profunda individualidad y protegiendo el íntimo misterio en el que están absortas, mujeres que transmiten una inquietante sensación de ensimismamiento, con miradas sesgadas, tangentes al espectador que se proyectan hacia algo o alguien oculto.

La perspectiva elegida por Scobel aporta una parte fundamental al sentido cinematográfico de sus retratos: la figura siempre está a mayor altura que el espectador, que está obligado a mirar desde abajo. La figuración es rotunda y la figura icónica.

JENNY SCOBEL