abril 09, 2012

¿No sientes estremecerse el aire de una canción lejana que viene, flotando, de la otra orilla?

"Siempre estoy naciendo de la música, es inagotable mi sed y también su fuente es inagotable...
Y me amansa y me derrama como un cántaro de sangre de montaña, y su amor me toca y soy lo más vulnerable a sus palabras, y mis heridas, mis llagas revenan como un árbol cortado, como el primer día en que amé o leí a Tagore." F. Casanova

Imogen Cunningham

Allí
Allí donde existen los caminos, pierdo mi camino. 
En el ancho mar, en lo azul del vasto cielo nadie trazó rutas jamás. 

Las alas de los pájaros y su canto, la llamita de las estrellas,
 las flores en ronda de las estaciones, ocultan el sendero. 
Y he preguntado a mi corazón: ¿Acaso tu sangre,
 el paso de la sangre, no conoce el camino invisible?



4 comentarios:

Unknown dijo...

si, y es contagioso :)

el maquinista ciego dijo...

...cuando era pequeña me fascinaba una cajita de madera que tenía mi madre. No era nada fabuloso para nadie más, pero a mí, al levantar aquella tapa dibujada con dos mujeres lejanas y viajeras, me parecía que podía encontrar cualquier cosa, ser yo misma cualquier cosa...era uno de mis muchos caminos invisibles...
...así tu casa y tus postales, cajitas delicadas y misteriosas, como una mano invisible posada sobre el pecho para acompañar, pum-pum pum-pum, los minutos que aquí permanecemos...

Cristina dijo...

Gracias paula, me ha encantado esta entrada.

Unknown dijo...

Muchas heridas, mucha sangre veo en esta entrada y, cómo no, LA oreja junto a You are my sun...
Todo me hace pesar en, Van Gogh? ^^ Una oreja sangrante por un corazón lleno de heridas, o las dos cosas por la salvación. Intercambio equivalente como diría mi amigo Edward Elric.